
(COMENTARIOS PARA LA AUTORA GRX)
ONE SHOT SEGUNDA PARTE
Caliente, caliente, mi cuerpo está tan caliente, lentamente me pegué a su espalda, delineando su cintura con una de mis manos, su cabello pegado a mi cara hace que me cosquillee la nariz, se siente suave, huele tan bien…Es extraño usamos el mismo shampú pero no siento ese mismo aroma en mí, Bill huele a algo diferente, dulce, delicioso, algo que realmente quiero probar una y otra vez, cada vez más.
- Hmmp - Se queja medio dormido, medio despierto – Tomi… déjame dormir… - pero yo pretendo no escucharlo, mi boca se desliza atravesando su cuello, lamiendo, chupando un poco, buscando esos pequeños lugares que lo hacen estremecer, tal vez mañana tenga una marca, no importa, sé que le encanta y con un poco de maquillaje él hace milagros. –ahh… - Escucho un pequeño gemido desde el fondo de su garganta, me enloquece, ¡mierda! de verdad me enloquece.
Tocarlo un poco y escuchar su respuesta en formar de suspiros y gemidos ahogados es demasiado para mí, así que no puedo contenerme, algo crece bruscamente dentro de mi ropa interior. Tiro de uno de uno de sus brazos, haciendo que se gire hacia mí, es de madrugada pero algún foco de afuera hace que se filtre luz por la ventana, puedo ver sus ojos, su cara de excitación. Sé que también desea que pase.
Apoyo mi frente contra la suya.
Hace poco tiempo cumplimos quince y llevamos tiempo besándonos, tocándonos, explorando el cuerpo del otro. Aún no hemos llegado hasta el “final” Bill tiene miedo de que le duela, me lo ha dicho, aunque creo que tiene más miedos que ese… Porque yo los tengo, tengo miedo de que le duela, de lastimarlo, de que no le guste, de no hacerlo bien, de que me odie si lo hago sentir mal. Como la vez que lo empujé sobre la grava suelta y se lastimó la rodilla… No me habló en todo el día.
Siento su aliento sobre mi boca.
Me muero de ganas y no quiero hacerlo con nadie más, Bill es el único para mí… Pienso que ha nacido para estar conmigo, porque yo he nacido para estar con él, juntos desde que existimos, cuando apenas éramos un par de células casi sin forma, mi alma ya estaba fundida con la suya y ahora mi cuerpo quiere hacer lo mismo.
- Bill… - le murmuré muy bajito al oído, mi respiración se había acelerado, mientras trataba de empezar a frotarme contra él – Quiero estar contigo – no hacía falta decir más, ambos sabíamos a lo que me refería.
Siento la urgencia incontrolable de probarlo
- Pero… es que… - Su voz titubea pero yo lo necesitaba demasiado, lo deseaba con todas mis fuerzas. Pegué mi boca contra la suya, metiendo la lengua, empujando un poco brusco, hurgando dentro, se retorció sorprendido y luego me correspondió, aún tenía sabor a pasta de dientes… Sabía bien.
Rápidamente me trepé sobre él, intentando ubicarme entre sus piernas, primero se negó a separarlas, podía sentir sus nervios, pero luego entre suspiros, y caricias de mis manos sobre sus muslos y de sus manos sobre mi espalda, las abrió despacio dejándome en medio.
Nuestros miembros se frotaban el uno contra el otro separados por las telas de nuestros boxers, era molesto pero igualmente excitante, yo ya estaba jodidamente empalmado y Bill comenzaba a ponerse duro. Él movía las caderas, levantándolas un poco de la cama y volviéndolas a bajar, chocaba contra mi ingle, apreté sus piernas, haciendo que las flexionara, ambos comenzamos a chorrear sudor, gemíamos despacio entre profundos besos, deseando ir más lejos, tocar cada rincón del cuerpo del otro. Me separe de su boca, mis labios estaban mojados, empapados con el sabor de Bill.
- Déjame hacerlo… hasta el final… de verdad ya no puedo más - Mi voz había salido ahogada y prácticamente suplicante – Seré cuidadoso…te lo prometo, dime que también quieres – Sus brazos se aferraron a mis hombros, mientras seguíamos frotándonos como desquiciados, sus labios rojos y algo hinchados por tantos besos me estaban haciendo perder el control.
- Quiero – dijo en un susurro apenas audible con voz irregular, mientras el sudor se deslizaba por su frente. Mi corazón bombeó con fuerza descomunal, la sangre circulaba veloz a través de mi cuerpo, me sentía más caliente a cada segundo – Pero Tom… ¿y si me duele? ¿Y si mamá o papá nos oyen? – hacía pequeños pucheros de preocupación con la boca casi dejándome ciego ¿Cómo podía ser tan lindo? Se supone que tendríamos que ser dos gotas de agua pero él es evidentemente mucho más delicado que yo…eso me encanta.
- Ellos no están ¿Recuerdas? – El miedo, la excitación, o ambos al parecer le estaban haciendo olvidar algunas cosas - Dijeron que volverían muy tarde, que ya somos mayores para quedarnos solos en casa - Asintió débilmente y yo esquivé su otra pregunta, para esa no tenía respuesta…y entonces , cielos, entonces me sentí estúpido, lo estaba forzando demasiado, si Bill no estaba preparado, me tocaba esperar, lo que menos quería era que sintiera que tenía que hacerlo aunque no quisiera sólo porque a mí se me saltaba la polla, porque ¡mierda!! El bulto entre las piernas me palpitaba con furia. Dejé de frotarme tan rápido contra él, ahora apenas me movía, lo miré a los ojos, estaba asustado, podía verlo - Oye si no… si no estás preparado podemos esperar, yo esperaré todo el tiempo que necesites -
- ¡Lo estoy!! ¡Lo estoy! – se apresuró a decir sin dejar de clavar sus pupilas en las mías – Es sólo que estoy nervioso Tom… tengo miedo, no sé cómo será… quiero hacerlo pero me asusta – Se movió un poco debajo de mi cuerpo, acariciando sensualmente su estómago con el mío – Pero… Hazlo conmigo… Ahora… porque no importa cuando lo hagamos, es la primera vez y no puedo evitar tener miedo – Sus ojos estaban poniéndose vidriosos como si en cualquier momento fuera a llorar, me mordí el labio, no me gusta que Bill llore, por suerte no lo hizo.
- Yo también tengo miedo – Admití, me miró con un atisbo de sorpresa, creo que él ya sabía que también estaba asustado. Nos conocemos bastante, demasiado diría yo, así que talvez lo que lo sorprendió fue que lo dijera en voz alta. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Y lo supe… De verdad lo haríamos.
Mis labios buscaron sus labios.
Mis manos se aventuraron en busca del borde de su camiseta, se la quité despacio y él hizo lo mismo con la mía, me dediqué a saborear su cuello, lamer ese lugar me hace delirar porque puedo escuchar sus gemiditos muy cerca del oído, baje lentamente, acariciando su pequeño abdomen, mi lengua vagaba juguetonamente hasta llegar a uno de sus pezones, le di un mordisquito y su piel se erizó completamente, ese era un lugar muy sensible para él.
- Mmmm… Tomi… - Sus dedos alborotaban mis rastas, tiraba un poco de ellas pero eso no me molestaba en absoluto. Llevé una mano a su entrepierna, ya estaba completamente duro, así que empecé a bajarle el bóxer, mientras seguía lamiéndolo, tratando de mantenerlo relajado, movió las piernas ayudándome a quitárselos del todo, yo mismo me quité el mío y lo mandé volando a algún rincón de la habitación.
- Espera un momento – le dije mientras me levantaba corriendo hasta el otro lado de la habitación. Me miró un poco cohibido cubriéndose con las manos. Cómo si yo no conociera perfectamente su cuerpo. Busqué en el fondo de uno de mis cajones, bajo una montaña de gorras. Lugar en el que pienso que mamá nunca metería las narices. Y ahí estaba… un pequeño frasco de lubricante, lo había comprado hace poco. Debía estar preparado para todo. Volví junto a él, me miraba sorprendido al ver lo que traía en la mano – Me han dicho que con esto es mejor… que así no duele… tanto - asintió levemente, su cara se ponía cada vez más roja mientras yo me sentaba entre sus piernas.
Y entonces el momento había llegado…
Esparcí una gran cantidad sobre mis dedos y me acerqué a su entrada, lentamente metí uno, el índice, Bill no se quejó, llevábamos un par de semanas haciendo eso, jugando con mis dedos en su interior, hasta ahora había logrado meter tres, pero lo había hecho sin lubricante, cosa que ahora que lo pienso fue algo bastante estúpido. Metí el segundo, Bill ronroneó con los ojos cerrados y yo con la mano que me quedaba libre masajeaba sus muslos, su estómago se contraía. Metí el tercero, y sentí como su trasero los apretaba, era como si su interior los quisiera llevar más a adentro, tragárselos. Los sacaba y los metía, no muy rápido y no muy despacio, debía ser cuidadoso, la primera vez que metí un dedo dentro suyo fue sin su permiso, sólo logre un grito en el oído, que me llamara gilipollas y un golpazo en uno de mis costados. Nota mental: jamás tocar a Bill de una forma que tal vez no le guste… Puede volverse realmente violento.
El mete y saca de mis dedos, los movimientos en su interior, sus gemidos y mis deseos se prolongaron unos minutos, hasta que me di cuenta de que ya no podía más, si seguía esperando iba a explotar. Saqué mis dedos y dirigí mi miembro a su entrada.
-¿Si? – Era su última oportunidad de negarse, porque luego no podría parar aunque quisiera.
- Si… - murmuró, mientras dejaba que le separara aun más las piernas.
Lo miré a los ojos, todo su cuerpo se estremeció en el momento en el que mi pene se apoyó directamente sobre su entrada, empujando un poco, sus piernas temblaban mucho, lo sostuve de las caderas y empecé a penetrarlo, creí que iba a morir con cada centímetro que lograba entrar, se sentía terriblemente bien… fuera de este mundo.
- Ahh… No… no… despacio Tom – se quejaba con voz desgarrada, pero es que lo hacía lo más despacio que podía, es sólo que su interior estaba tan caliente y me apretaba tanto que casi no podía respirar y mucho menos controlarme…Sus ojos se llenaron de lágrimas, apretó las sábanas con ambas manos y entonces mierda entonces empezó a lagrimear, su nariz estaba poniéndose roja – Me duele… me duele… no Tom … Vas a matarme – Esto era horrible, nuestra primera vez era completamente espantosa, yo me sentía bien, pero parecía que Bill iba a romperse en cualquier momento. Maldita sea.
- Shh tranquilo – Me quedé quieto, apenas había metido la mitad, la erección me dolía, pero qué coño podía hacer… Me recosté un poco sobre él, besé su mejilla y sus labios muy suavemente, me abrazó mientras trataba de dejar de llorar, y se removió un poco, muy, muy poco, algo tramaba, y repentinamente sentí que mi pene se hundía dentro de él, gimió algo adolorido, pero siguió moviéndose, él mismo se abría para que yo entrara.
- Tomi ya… no duele tanto… – susurró arrastrando las palabras cuando mi miembro ya estaba completamente dentro, resoplé con alivio, pensé que me pediría que la sacara y que todo acabaría de esa forma tan patética, un completo mal recuerdo, pero no fue así, esperé a que se acostumbrara un poco más y sólo entonces volví a moverme.
Nuestros cuerpos se iban acoplando de apoco, reconociendo al otro como una extensión de sí mismos, era simplemente delirante, la forma que su interior me succionaba cada vez que mi miembro salía un poco y volvía a penetrarlo hasta el fondo. Bill se movía debajo, nos buscábamos, tratábamos de encajarnos plenamente. Sus gemidos hacían eco en mis oídos.
- Ahhhhh… Ahhhhh… Ahhhhh - sus piernas se enroscaron en mi cintura. Al parecer el dolor había sido olvidado por completo.
- Hmmm… ¿Te gusta? Ahhhhh - le pregunté, se retorcía y se pegaba contra mi abdomen.
- Ahhh… se… siente muy raro… - Relamió sus labios llenándolos de saliva - Estás adentro… de mí… Esto es muy raro, muy raro – Sus ojos vagaban por el techo. Tomé sus piernas y las subí sobre mis hombros, él sólo se dejó hacer. Tomé su mandíbula con una mano haciendo que me mirara y metí mi polla lo más profundo que pude - ¡¡Ahhhh!!! - Sus ojos casi se pusieron en blanco, incluso apretó los dedos de sus pies.
- Mírame Bill… No cierres los ojos... No mires a otro lado… Sólo mírame a mí – Me miró directo a los ojos con una expresión rara… Lujuriosa.
- Otra…vez… hazlo… eso que… - No terminó de hablar cuando volví a darle con fuerza.
-¡Aahhhh!! ¡Ohh! Tom… eso me gustó… mucho… Hay algo ahí dentro… ahhh… que me quema – Bingo Había encontrado la posición adecuada para que a él le gustara, así que seguí moviéndome profundo, intentando llegar a ese lugar que me dijo que le gustaba. No tenía idea de que existía un lugar así dentro del cuerpo, pero Bill lo tenía, eso era bueno.
Me movía sobre él y él se movía bajo mi cuerpo, su lengua lamía mis labios, la habitación debía estar a unos cincuenta grados porque yo sentía que me derretía. Tanto placer era irreal, nunca ninguna paja hecha por mi mano o por la mano de Bill sobre mi polla fue tan desquiciante. Sentía que mi mente se perdía en Bill, dentro de Bill, de sus ruiditos de excitación… Y entonces me perdí completamente en la intensidad del sexo. Bill estiró sus largas y delgadas piernas y las bajó de mis hombros, volvió a enroscarlas posesivamente sobre mi cintura.
- Amo… tus gemidos – sonrió de medio lado y gimió más alto – ¿Quieres volverme loco verdad? – Hizo la cabeza hacia atrás y siguió gimiendo. Yo cada vez lo hacía más rápido, no sabía que podía moverme así.
-¡¡Ohhhh!!! Si… si Tom… Ahhh… Sigue, sigue – Su respiración era agitada igual que la mía, ambos resoplábamos como animales en celo. Hasta que repentinamente Bill se corrió, tensándose completamente, se sacudió varias veces lleno de espasmos, cerró los ojos con fuerza cuando el orgasmo lo atravesó, su semen me baño el estómago y varias gotas cayeron cerca de su ombligo, yo perdí el control cuando su pequeña entrada apretó mi polla con tanta fuerza que vi las estrellas, grité, no pude pensar en nada, sólo lo sentí y solté un alarido bestial, algo como un gruñido, terminé dentro suyo y entonces me desplomé sobre él, creí que iba a caer en un coma orgásmico o algo así…
No sé cuánto tiempo pasó hasta que Bill me empujó un poco, lo estaba aplastando, mi miembro aunque ya estaba blando seguía dentro de él, lo saqué sin cuidado.Grave error.
-¡Ay!!¡Au! – se quejó y bam un golpe directo a mi hombro – ¡Me duele tonto!! – Hizo un puchero exagerado pero luego su rostro cambió completamente, una expresión rara apareció. Cerró las piernas pero pude aún así pude ver que todo el semen que había dejado dentro suyo estaba saliendo – Se siente raro – murmuró, desviando la mirada. Me acosté a su lado y volví a hacer que me mirara a los ojos.
- Pero… Se sintió bien ¿O no? – La mueca rara desapareció de su cara y me sonrió pícaro.
- Si… Se sintió increíble… Estar contigo se siente increíble – Me acerqué a su rostro lo más que podía.
- Tal vez sea porque puedes sentir cuanto te amo… - Sus ojos brillaron.
- Creo que si… Tal vez sea por eso... Yo también te amo – Rocé sus labios con los míos, acariciando su cabello y el lóbulo de una de sus orejas –
- ¿Qué tal si tomamos un baño? Yo puedo frotar tu espalda – Achinó los ojos desconfiado.
- Vale pero no planees hacer nada más… Todavía me duele – El rubor de sus mejillas y la vergüenza que parecía tener al decirme eso hacía que me dieran ganas de tirarme nuevamente encima suyo.
- Claro que no intentaré nada – Sonrió absolutamente tierno y me dediqué a darle algunos pequeños besos más antes de ir a la ducha - Te amo... Te amo… Te amo - No me cansaba de repetírselo al oído... Dios... Sólo Bill puede volverme así de meloso.
La próxima vez lo haré sentir bien desde el comienzo...
1 comentarios:
Wooow me super encanto este one shot esta super, felicidades a la escritora!!!esta muy bien redactado, ojala siga haciendo mas fics twincests! :)
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