
(COMENTARIOS PARA LA ESCRITORA GRAX )
Bill Kaulitz tenía un hermoso gato, en realidad era una gata, se llamaba Kazimir, era tan preciosa y aún era pequeña. Había sido un regalo de su madre cuando decidió vivir solo en su nuevo apartamento...
Pero algo malo había pasado con la gata aquel día... él salió a su trabajo un poco tarde y al regresar a casa no la encontraba. Su desesperación le estaba haciendo casi derramar lágrimas, él amaba mucho a esa gata...
-Kazimir... por favor ¿Dónde estás? - Cuando estuvo en el cuarto de lavado escuchó un sonido agonizante y angustiante - ¡Kazimir! - Se asustó al sacarla de la maquina de lavado, había estado jugando ahí se había caído en el agua y no pudo salir, felizmente no se había ahogado pero lucía realmente mal, muy mal, había tragado jabón de seguro - ¡Qué idiota he sido! - Abrazó a su pequeño animal y la sacó de ahí-
Corrió hacia la sala, cogió un abrigo y salió para la calle, tomó su auto y se enrumbó hacia la clínica... con el corazón bombeando a mil por horas; tanto por el estado de salud de Kasimir, como por encontrar a su amor platónico, el doctor Tomas Kaulitz. Era muy guapo y tenía esa sonrisa que encantaba a cualquiera, no era para menos que a Bill lo tenga cautivado. Aunque lo que no sabía él era que a Tom también lo tenía cautivado Bill... Tom se sentía muy enamorado del chico de rastas blancas y negras, desde que lo vio entrar por primera vez a su consultorio, con ese porte elegante y la mirada penetrante él se enamoró a primera vista, pero su timidez y arduo trabajo le impidió poder saber más de aquel chico modelo además de cantante.
Al llegar Bill al consultorio, entró por la puerta de emergencias algo nervioso y se encontró con la señorita recepcionista...
-Disculpe - Dijo ella, Bill le frunció el ceño un poco pues llevaba en brazos a una casi agonizante Kazimir que emitía sonidos angustiosos, botaba burbujas por su pequeña boca y temblaba demasiado-
-Es una emergencia que no ve, debo ver al Doctor Tomas.
-Sí - La recepcionista reaccionó y llevó a Bill por un pasillo, tocó la puerta de una sala y se escuchó un "pase" - Doctor Tomas, tiene una emergencia.
-Que pase - Dijo él y al ver pasar a Bill abrió sus ojos de la impresión, aquel chico lo volvía loco, no pudo evitar sonrojarse de sólo verlo, Bill Trümper podía causar un infarto por ser tan hermoso - Buenas noches - Dijo mirándolo pero después su mirada se enfocó en la criatura que tenía en brazos - Por aquí por favor - Se acercó y tomó al animal de los brazos de Bill y lo llevó a una camilla para examinarlo-
-Buenas noches - Le dijo Bill - Mi gata, ya la conoce, Kazimir, ella se ha caído en la máquina de lavar y pues al parecer a tragado mucho jabón... fue una estupidez mía -Notaba cómo el doctor lo miraba embelezado y eso le encantó-
-Entiendo... voy a propiciarle un lavado, esto suele pasar, no se preocupe, tome asiento que mi equipo y yo nos encargaremos...
-Gracias... - Se fue a sentar en una banca que había dentro de la sala de consultorio y unos doctores se acercaron a la camilla y empezaron su labor, Kazimir gritaba un poco pero Tom alzaba la vista para calmar a Bill quien con una mano en el pecho se angustiaba por escuchar a su mascota llorar-
-No se preocupe, ella está bien - Animaba el doctor con voz nerviosa. Pasó como una hora cuando terminaron de hacerle un lavado gástrico al pequeño animal y lo pusieron en una caja, prácticamente una incubadora para que pasara la noche en la clínica. Luego de eso Tom se acercó a Bill con algunos documentos para hacerle saber el estado de Kazimir, y en el fondo, para al menos hablar algo con él... lo hizo pasar a su despacho y le invitó tomar asiento, Bill hizo todo lo que le pidió.
-Bueno, como sabrá su gata ya está fuera de peligro - No podía mirarlo a los ojos, realmente la mirada de Bill era como la un felino intimidando a su presa, Tom no podía evitar sentirse como un pequeño ratón, y gusto tenía al lado una pequeña pecera con un hámster corriendo en su rueda, tragó saliva para aclarar su garganta - Pero se quedará en observación hasta mañana, pasará aquí la noche...
-Entiendo, realmente se lo agradezco... - Bill buscaba la mirada del doctor pero éste simplemente estaba emocionado - Usted es maravilloso Tomas... - Tom lo miró, que le diga eso le pareció muy lindo de su parte pero que le llame por usted lo hacía sentirse lejano a él...-
-Llámeme Tom por favor... no me trate de usted, tenemos casi la misma edad - Le sonrió tímidamente, era cierto, ambos apenas tenían 22 años-
-Está bien Tom, tráteme como Bill entonces - El pelinegro con rastas blancas le dio una sonrisa que hizo que Tom tenga que agachar la cabeza algo nervioso, su corazón bombeaba a mil y simplemente no supo qué decir... - Tom... ¿Te gustaría alguna vez salir conmigo? - Fue directo, para qué esperar más si Bill podía ver que Tom lo miraba con la misma ilusión que él. El de trenzas se sorprendió de la invitación, pero Bill estiró su mano hacia la de él y la rozó - No tienes que contestar...
-Si... quiero... - Dijo en un susurro - Perdona mi reacción, estoy sorprendido, si supieras... - Prefirió callar pues no lo veía correcto declararle sus sentimientos sin siquiera conocerle un poco más-
-¿Tienes tiempo ahora? - Tom notó la mano de Bill sobre la de él y volteándola la tomó suavemente-
-Salgo en minutos...
Y así fue, Bill esperó a que Tom pudiese alistarse encargando pacientes al de turno noche, en especial que cuidaran de Kazimir, dejó toda una lista de cuidados, alimentó a su pequeño hámster y se cambió de ropa quitándose el uniforme de médico por sus ropas habituales, unos anchos jeans y una polera roja con estampados blancos, se puso una badana en la cabeza, observó en el espejo sus trenzas, y suspiró antes de salir. "No puedo creer que vaya a salir con Bill Trümper..." pensó y de sólo pensar en eso sintió un mar de emociones, quería que esa noche sea única...
Al salir de ahí, Bill se paró de su asiento y le extendió la mano a lo que Tom se negó a tomársela tan rápido, sólo se limitó a ir junto a él hacia la salida, despidiéndose de sus compañeros quienes lo miraban atónitos, es que el de trenzas denotaba felicidad en su mirada, realmente estaba ilusionado, además de que todos se daban cuenta la mirada provocativa que el de rastas le brindaba, hacía que Tom se sonrojara.... Ambos fueron hacia sus autos y decidieron ir a cenar a un restaurante vegetariano que quedaba cerca de ese lugar. Mientras Tom manejaba trataba de controlar sus nervios, en cambio Bill pensaba en qué decirle... Realmente lo consideraba especial aunque no lo conociera del todo, le bastaba saber que era un buen chico, muy dedicado a su trabajo, eso le cautivaba mucho, además de la sonrisa y esos ojos que brillaban cuando él le miraba, Tom era un sol cuando él lo miraba... eso lo hacía sentirse muy especial y Bill amaba sentirse así, fue cuando llegó a la conclusión que el de trenzas era el indicado para él... no lo dejaría ir a si no más.
Al llegar al restaurante pidieron la misma orden, una ensalada mixta; el lugar era algo íntimo, así que Bill se pegó más a su acompañante mientras empezaban a degustar sus respectivas ensaladas.
-Tom... ¿Por qué eres veterinario?
-Desde pequeño me gustaban los animales, siempre quise hacer algo por ellos, y esta carrera me lo está permitiendo, además considero que los animales hoy en día son muy olvidados, así que también pertenezco a brigadas a favor de ellos, hacemos campañas y esas cosas - Esas palabras le parecieron muy lindas a Bill quien admiraba cuando una persona trabaja en lo que más quiere porque lo hace con dedicación-
-Es muy lindo de tu parte, todo lo que haces, amo a los animales, pero lo mío es el canto y modelaje...
-Lo sé... - Se ruborizó al darse cuenta de que le dijo que sabía parte de su vida, es que Tom había estado averiguando quien era Bill Kaulitz, y hasta sabía donde vivía, sólo que no tuvo el valor para buscarlo un día... y ahora estaba sentado al lado de él cenando y hablando.
-Oh, lo sabes... quisiera saber más de ti, si me lo permites - Tomó la mano del de rastas y entrelazó sus dedos... Tom sólo pudo suspirar ante ese gesto, el de rastas lo miraba fijamente con esos ojos delineados como un gato, él no pudo reaccionar cuando sintió que Bill acortaba la distancia y acercándose a su oído sólo susurró... - Tom, te he estado esperando, aunque no me creas... - Miles de sensaciones lindas recorrieron todo su ser en ese momento, Tom se sintió flotar como si fuera un adolescente enamorado, era como un sueño hecho realidad... Bill sentía la misma emoción que Tom, y eso lo hizo sentirse seguro de dar un paso más.
-Bill... - Apenas pudo decirlo, pero él rozó con sus labios los de Tom, y éste cerró los ojos expectante y sintió aquellos húmedos y suaves labios besarle de la manera más delicada... un beso con mucha dulzura, demasiado para Tom quien ladeó la cabeza correspondiéndole, aún tenían las manos entrelazadas y Bill tomó por la cintura pegándolo a su cuerpo, empezaron a besarse con más pasión-
El calor aumentaba y las respiraciones se agitaban, al separarse ambos se miraron a los ojos y esta vez Tom habló.
-Bill... desde que te vi, desde que entraste al consultorio por primera vez cuando kazimir era una bebé, desde ese día sé que eras lo que he estado esperando...
-Entonces, somos dos ahora - Volvió a besarlo y Tom rodeó el cuello de Bill con sus brazos... la cena pasó a un segundo plano, ambos deseban conocerse aún más - Quiero ser uno contigo...
Dicen que la pasión es algo que nace de un momento a otro, muchos pueden creer que el sexo de una noche empieza ahí y muere al amanecer, que cuando la persona se levanta de la cama todo ha acabo, regresa a su vida y se olvida del resto...
Pero para Bill las cosas no eran así, él sintió mucha sinceridad y seriedad de parte de Tom. Y Tom sintió que un deseo se le hacía realidad, simplemente no lo dejaría, estaba en los brazos del primer hombre al que amaba en toda su vida y que le hacía sentirse especial sobretodo querido...
Salieron de ese lugar y se enrumbaron hacia el departamento de Bill quien le había invitado a Tom a pasar la noche, éste no pudo evitar sonrojarse y estar demasiado nervioso, pero no se negó, él lo deseaba también, sea lo que tenga que pasar... Bill estaba muy decido con respecto a Tom, lo haría suyo porque lo quería, dejó de ser un amor platónico, ahora era su amor real... Y para Tom dejó de ser un sueño, era su realidad.
Al llegar al departamento de Bill, entraron a la sala y Bill tomó de la mano a Tom, pegándolo a su cuerpo.
-¿Quieres estar conmigo Tom? - Preguntó seductoramente - Porque yo si quiero, pero quisiera saber si estás seguro...
-Bill, esas cosas no se preguntan - Dijo tímidamente - Si estoy aquí es porque quiero ser uno contigo - Realmente le costó decirlo, pobre Tom, se moría de nervios y ansiedad, aún más cuando Bill lo arrinconó contra la pared de la sala y empezó a besarle el cuello deliciosamente, Tom se sentía en las nubes...
-Se uno conmigo ahora... - Lo besó profundamente y Tom lo rodeó por el cuello. Bill lo alzó un poco en sus brazos y el de trenzas rodeó su cintura con sus piernas. Avanzó así con Tom en sus brazos rumbo a su habitación y lo recostó sobre su cama para luego mirarlo a los ojos.
-Bill... - Se aferraba a los hombros de su amante - Lo deseo tanto, pero tengo algo temor... - Se apenó mucho por decirlo... pero quería ser sincero-
-¿Es tu primera vez? - Preguntó un comprensivo Bill, él sólo asintió un poco nervioso - Será como tú quieras... seré cuidadoso, déjate llevar - Depositó un suave beso en sus labios, sus palabras y actos infundían confianza al de trenzas, quien suspiró profundamente al sentir como Bill le subía la ancha polera y se la quitaba lentamente sin dejar de mirarle a los ojos... Luego él mismo se quitó la suya, aunque era mucho más pequeña que la de Tom, éste pasó sus dedos temblorosos por el torso del de rastas delineando su blanca piel y mirando el atractivo tatuaje que tenía en el costado y también el tatuaje de la estrella que le pareció muy sexy, cerca de la línea de sus pantalones, Bill lucía sensual y provocador, sacudió la cabeza dejando que sus rastas cayeran por sus hombros, Tom lo miró embelezado cuando como un felino se le acercó para besarlo.
-Sabes a miel - Le dijo Bill al separarse-
-Eres tú... - Beso sus labios otra vez mientras Bill recorría el torso desnudo de Tom descendiendo una de sus manos hasta sus anchos pantalones...
-Aquí hay mucha tela... - Le susurró al oído y Tom sólo pudo asentir mientras ayudaba a Bill a desabrocharse los anchos pantalones, terminó por alzar las piernas para que él se los sacara, se encogió en la cama con algo de pudor al ver a Bill mirarle ahí, entre las piernas, sus abultados boxers lo delataban, pero Tom no era el único así esa noche, aún Bill no había terminado de quitarse sus propios pantalones que realmente lo estaban apretando dolorosamente, así que ante la mirada de deseo de éste, Bill se bajó en cierre para después esforzarse por sacarse esos pantalones ceñidos, pensó que usar pantalones como los de Tom eran una ventaja si debía sacárselos rápido... Después de aquello, Tom no pudo evitar quedar impresionado por lo que veían sus ojos, realmente esa figura que aparentaba feminidad, era todo un hombre y lo demostraba con esa actitud dominante que podía enloquecer a cualquiera, en especial a Tom quien de sólo sentir cómo se volvía a acercar para besarlo sentía tanta excitación desbordante, sus pieles hicieron contacto y hubo como una pequeña corriente de electricidad de placer por ello...
-Eres hermoso Bill... lo más hermoso que mis ojos hayan visto - Dijo mientras él le besaba el cuello y empezaba a tomarlo de la cintura...
-Yo creo que no encontraré un hombre con tu corazón y dulzura... eres hermoso, lo eres Tom - Empezó a descender lentamente, besando el torso desnudo del de trenzas quien respiraba agitadamente, besó y lamió con ganas uno de sus pezones mientras gemía por más, tomó en sus manos temblorosas algunas rastas suaves de Bill y las enredó en sus dedos acariciándolo, éste empezó a descender por el abdomen plano del de trenzas, besando su piel delicadamente, Tom se desasía en suspiros y en el deseo de más...
-Ahh... Bill... - Gimió cuando sintió que el de rastas empezó a deslizar sus boxers para quitárselos, y así lo hizo, los deslizó y Tom alzó las piernas y terminó por sacárselos, Bill lo miró con deseo ardiente, pasó su lengua por sus labios y Tom sólo pudo tragar duro, una sensación placentera inundó su ser, mientras el de rastas abría lentamente las piernas de éste, flexionándolas un poco-
-¿Qué haces? - Preguntó un muy extasiado Tom, pero Bill quiso contestarle con hechos y no palabras así que lamió el miembro duro de Tom provocando que éste gimiera y estrujara las sábanas temblando de placer... aquel piercing que tenía el de rastas en la lengua le producía placenteras sensaciones que hacía que Tom cerrara los ojos fuertemente mientras Bill lo succionaba y lamía - Ohhh... - Sintió Bill el líquido pre seminal y desdió parar, buscó en su mesita de noche un pomo de un líquido, era lubricante, no pensaba dañar a Tom, si sería su primera vez, él deseaba que la recordase para siempre. - ¿Qué haces? - Apenas pudo preguntar Tom, mientras que Bill nuevamente se posicionaba entre sus piernas, las tomó delicadamente separándolas y untó algo de lubricante en sus dedos para luego dirigirlos hacia la entrada de su amante.
-Te preparo... - Dijo Bill. Tom se arqueó un poco de la sorpresa pero sus labios fueron atrapados por los de Bill en un beso apasionado, Tom lo rodeó con sus brazos. Empezó a hacer mucho calor entre los dos cuerpos sudorosos, Bill le metía sus dedos en su entrada para dilatarlo con mucha delicadeza, mientras Tom le abría paso lo más que podía y se retorcía con cada sensación nueva que sentía.
-Ya estás... - Le dijo Jadeante, quien moría por entrar en el cuerpo de su amante y al fin ser uno... - Quiero hacerte sentir lo especial que eres para mí- Se bajó sus boxers y se los terminó de sacar, ahora ambos estaban desnudos...
-Por Favor... - Pidió un Tom con la mirada llena de deseo, abrió más las piernas y Bill entró en él sin dejar de mirarlo - Ahhh... - Sentía que con cada empujada llenaba su estrechez de una manera dolorosa pero placentera. Bill tomó las caderas de su amado para acercarse más y terminó de entrar... se dio cuenta de la expresión de dolor de la cara del de trenzas quien estrujaba las sábanas otra vez intentando acostumbrarse a la intrusión, él lo deseaba pero para su cuerpo era algo doloroso.
-¿Estás bien? - Le preguntó, apoyando su frente sobre la de Tom, éste asintió tímidamente, intentó moverse, pero Bill lo tomó de la cadera y se movió en círculos en su interior para terminar de abrirlo de una dulce manera...
-Estoy bien... ahhh... muévete...- Pidió suplicante acomodando sus manos en la espalda de Bill, éste se irguió un poco y empezó a moverse, de dentro hacia fuera - Nnn... ahhh... - Gemía Tom de puro placer clavándole en la espalda sus escasas uñas, tirando de algunas rastas tratando de complementarse con él, unirse lo más que podía.
-humm Tom... ¿Te gusta?
-Me encanta... dame más... ahh... - Las embestidas se hicieron mas intensas y Bill tomó a Tom alzándolo un poco para sentarlo a horcadillas en su regazo frente a frente, ambos se abrazaron y ahora Tom se movía desesperado sobre Bill quien besaba el cuello recorriendo con la lengua la piel sudada de su amante, volvió a recostarlo para profundizar más en él tomó sus piernas separándolas un poco más mientras lo penetraba hasta el fondo - AHH... - Gimió Tom al percatarse de una sensación desbordante... - Hazlo así... justo ahí - Volvió a hundirse en su interior de esa manera provocando que Tom retrocediera un poco, estaba tocando su punto de placer, y puso sus manos en la cabecera de la cama arqueándose hasta donde su cuerpo se lo permitía mientras Bill intensificaba sus movimientos, sentía que llegaría pronto así que tomó el miembro de Tom estimulándolo para llegar juntos, no hacía falta, pues él estaba en el clímax de su placer, temblaba y gemía como nunca antes lo había hecho, aprisionó a Bill con sus piernas.
-Mírame... amor... - Le pidió Bill a lo que Tom apenas pudo enfocar su vista nublada por las lágrimas-
-Si... Ahh... - Liberó su miembro y tomó ambas manos del de trenzas aprisionándolas contra la cama, entrelazando sus dedos se acercó a su oído...
-Te amo... - Embistió fuertemente por última vez, hasta el fondo...
-nnn... ¡AHHH! - Arqueándose y gimiendo alto se corrió en su vientre mientras sentía como era llenado su interior por la liberación de Bill, cayendo éste sobre Tom, quien lo rodeó con sus manos temblorosas mientras salía de él. Bill besó dulcemente la frente de Tom y una sonrisa apareció en su rostro, esa sonrisa que tenía enamorado a Bill ahora.
Ambos se acomodaron en la cama. Tom abrazó a Bill y lo llenó de besos, a loque éste sólo pudo sonreír, estaba tan cansado, abrazó a Tom y lo hizo acostarse sobre su pecho...
-Tu corazón... puedo escucharlo... - Dijo aún jadeante Tom-
-Es por ti...
Bill pasó la sábana por el cuerpo de Tom, ambos se cubrieron y durmieron, era de esperar que hasta en sueños se encontraban, ahora estaban muy conectados.
A la mañana siguiente, cuando Bill despertó, miró a su lado y Tom no estaba... Se angustió, se sintió muy mal, como usado, o como que todo hubiese sido un sueño o un juego muy malo... miró su reloj y descubrió que eran las 10 de la mañana, no era de tener una agenda tan apretada... pero Tom sí, él no sabía que Tom debía regresar a trabajar temprano y así lo hizo, no quiso despertar al de trenzas, no le pareció correcto hacerlo...
El día trascurrió y cuando Bill se alistó para recoger a Kazimir de la clínica grata fue su sorpresa al encontrar a Tom en la puerta a punto de tocar, traía en una caja a Kazimir...
-En mi clínica preferimos traerlos personalmente - Le sonrió un sonrojado Tom. El corazón de Bill regresó a la vida, su amor estaba de regreso-
-Pasa - Le dijo con una voz seductora. Tom entró y sacó a Kazimir sana y salva de la caja para entregársela a su dueño- Gracias Tom - Tomó a Kazimir en brazos pero no pudo evitar acercarse al de trenzas de una manera felina y arrinconarlo contra la pared - No te vayas sin avisar la próxima vez... - Tom se sintió morir pero Bill después de dejar a Kazimir en el sillón de la sala lo besó apasionadamente a lo que Tom sólo pudo abrir la boca recibiéndolo - Te extrañé...
-También yo... no sabes cuanto- Abrazó a Bill y esté lo cargó para llevárselo a su pieza...
-Danke Kazimir... - Fue lo que Bill le dijo a su gata quien estaba en el sillón lamiéndose una pata, si ella no hubiese caído a la máquina de lavado nada de eso hubiera pasado... Talvez la pequeña Kazimir lo había planeado todo en su pequeña cabecita gatuna :3
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