(COMENTARIOS PARA LA ESCRITORA GRX)EPILOGO.
Las siete de la mañana, lo sabía por el despertador y la horrible voz del conductor de esa mañana. Se sentó y se despejó conforme veía la ventana, era un día soleado, le alegraba, había llovido demasiado la semana pasada y gracias a eso tenía una gripe que apenas y podía hablar normal.
Volteó a ver a Tom, estaba profundamente dormido, siempre le costaba mucho trabajo el despertarse, esta mañana sería un poco peor por que le tocaban clases y los días que daba clases a los de primaria los odiaba por que no era bueno con los niños, o eso decía por que Bill tenía el presentimiento que las niñas estaban tras de él, descubrió dos cartas de amor infantiles en la basura, eran bastante tiernas.
- Tom – dijo sacudiéndolo – Tom, ya son las siete.
- Otro rato más – dijo el castaño con sueño aún.
- No Tom, vas a llegar tarde, vamos – dijo Bill levantándose. Fue hacía la cocina y sirvió dos tazas de café. Una se la llevó a Tom la cual la tomó aún mas dormido que despierto.
- Gracias – dijo Tom - ¿Qué día es?
- Miércoles – dijo Bill – día de clases Tom.
- ¡demonios! ¡no otra vez! – dijo Tom fastidiado
- Vamos, no creo que sea tan malo – dijo Bill sonriendo – te llevan cartas de amor.
- ¡de niñas de doce! – dijo Tom sonrojado.
- Las traes loquitas Tom – dijo Bill sonriendo – estoy orgulloso de tener un chico como tú.
- ¡basta! – dijo Tom poniéndose de pie – voy a bañarme.
- ¡no tardes Tommy! – dijo Bill sonriendo.
Bill comenzó a sacar su ropa, ese día tenía que recibir proveedores en el bar, darle una limpiada e ir a recoger a Georg y Gustav por que les visitarían, sería una noche especial, tocarían todos juntos Y Tom lo esperaba, él iría por sus amigos a la terminal y les mostraría el lugar. Se quedarían con ellos todo el fin de semana.
Tom salió ya vestido listo para desayunar lo que Bill estaba haciendo. Eso era una mejora, al principio la cocina había sido un tormento para ambos, Bill apenas sabía cocinar y él no estaba mejor, Tom aprendió a cocinar y también Bill, y si era sincero la comida de Bill era mejor que la suya, le ponía cierto sabor casero que a él le faltaba.
Se sentó en la mesa y tomó el vaso de jugo que ya estaba servido. Bill se sentó después de servirle su desayuno. Tom comenzó a comer con ganas y Bill suspiró, la garganta la tenía cerrada.
- ¿te duele? – preguntó Tom al ver a Bill - ¿ya te tomaste la medicina?
- Ya, quizás desayune más tarde – dijo el pelinegro.
- No, quizás no Bill, la vez pasada que dijiste eso se te olvidó desayunar y me pegaste el susto de mi vida, desayuna algo.
- Pero…
- Anda, no me voy hasta que desayunes.
Bill resopló molesto, Tom a veces era demasiado sobre protector, lo entendía, lo que habían vivido era muy fuerte, era demasiado y no cualquiera podría haber salido de eso, lo entendía por que a él le pasaba lo mismo, cada que Tom tardaba, cada que alguien desconocido tocaba la puerta era un pequeño salto al corazón, suponía que con el tiempo se le pasará, que se encontraría mas tranquilo, aunque su instinto siempre le decía que guardar un arma en casa era lo mejor, lo sabía, a Tom no le gustaba pero era lo mejor, por que cualquier cosa a el no le gustaría estar desarmado.
Tom salió del departamento después de ver que Bill desayunar algo, le preocupaba que no comiera y su gripa, se acercaba invierno y tenía que estar bien para eso, en donde vivían nevaba y eso no le haría bien.
Llegó a la escuela con su guitarra, las maestras lo vieron de nuevo con esa brillante mirada, era el profesor mas joven, era agradable si lo agarrabas con buen humor, lo cual no era el caso el día de miércoles y era bien parecido.
Cuando recién llegó las maestras se le lanzaron de inmediato, las mas jóvenes se arreglaban más, le hacían compañía día tras día, no sabían mucho de él, hasta que Bill fue por él, a la salida, un miércoles, día que todos sabían era malo para Tom, se sorprendieron mucho cuando el profesor sonrió de forma que nunca le habían visto y mas cuando besó al otro chico.
Al día siguiente le preguntaron, sí, era bisexual y estaba viviendo con un chico desde hace un año, lo cual era ya bastante, desistieron con el cuando vieron que en definitiva iba en serio con el chico y cuando conocieron a Bill supieron que era un buen chico, algo tímido pero buen chico.
- Deja de soñar despierto – se dijo Bill – tengo que darme prisa.
Salió directamente al bar, empezó a limpiar, tenía algunas cosas que acomodar y la cerveza ya había llegado, después acomodaría las cajas como debía, primero era limpiar, tenía menos tiempo por que Georg y Gustav llegaban en unas horas.
No se dio cuenta del paso del tiempo hasta que escuchó la puerta de entrada, sin ver quien era y con escoba en mano le dijo al cliente que el bar aún no estaba abierto, suponía que era algún universitario perdido.
- ¿ni siquiera para mi?
Bill se congeló al escuchar esa voz. Se volteó tomando la escoba con fuerza, odiaba sentirse tan vulnerable, no tenía un arma cerca, pero quizás si usaba la escoba para distraerlo lograría quitarle su arma.
- ¿Qué haces aquí?
- Visitando un viejo amigo.
- Tú y yo nunca fuimos amigos – dijo Bill arisco.
- Te deje con vida, creo que eso me hace tu mejor amigo – dijo Andreas sonriendo. Bill se negaba a confiar en él. – vengo a despedirme, desapareceré del todo.
- ¿Cómo?
- La policía desintegró la organización, todos huyeron, bueno los que pudieron, no te apures, les dije que estaban muertos, que yo los maté, me hizo el mejor hombre por algunos meses hasta que la situación con la policía se hizo insoportable
- Pasaría tarde o temprano – dijo Bill
- Si lo sé, por eso voy a desaparecer hasta que todo se calme, o más, seré una nueva persona, sabía que tenía que verte antes de desaparecer, tú eres la prueba fehaciente de que un asesino puede comenzar de nuevo.
- Te deseo suerte – dijo Bill de corazón.
- Bill, antes de irme ¿ te gusta tener una vida normal?
- Es genial Andreas – dijo Bill – deberías tratar.
- Lo haré Bill – dijo Andreas dirigiéndose hacía la salida – ten una buena vida.
Bill vio como Andreas se iba y su corazón pudo descansar de nuevo, poco a poco su pulso volvió a la normalidad, regresaba a la tranquilidad. Tuvo que sentarse por que sus piernas no le funcionaban bien, así que se sentó por algunos minutos y después se puso de pie, tenía que ir por Gustav y Georg a la estación.
Llegó a la estación con diez minutos de retraso, así que al subir ya estaban Georg y Gustav ahí, al verlo sonrieron y le abrazaron con ganas.
- Pensé que tu y Tom ya se habían olvidado de nosotros – dijo Georg.
- No, se me hizo tarde – dijo Bill sonriendo – vamos chicos, los llevó al apartamento.
- Bien, este parece un pueblo pequeño , nunca imaginé que Tom terminaría en un pueblo pequeño.
- Así es, haría todo por mi – dijo Bill presumiendo.
- Claro, claro ya nos queda claro – dijo Gustav sonriendo.
- Haré una pasta, a Tom le gusta – dijo Bill.
- ¡hasta cocinas! – dijo Georg – la perfecta ama de casa ¿estás seguro de que estás bien con Tom? ¿podrías irte conmigo y…
- No, muchas gracias – dijo Bill riendo.
Subieron al viejo auto que tenían el y Tom, era un auto convertible que tenían que meter al taller una vez por mes, pero le habían tomado cariño, era su primer carro, de su nueva vida. Metió primera y comenzó a andar, Gustav y Georg iban animados, el show de la noche iba a ser un éxito.
Llegaron a la calle que mas odiaba Bill, era una avenida que estaba muy empinada, el carro siempre tenía problemas para bajarla, aún así la tomo con seguridad, pero los problemas comenzaron, sabía que iban mas de prisa de lo normal, intentó frenar pero no pudo, Georg notó el problema , se convertiría en algo grave si no lograban parar antes de que llegaran a la calle principal. Bill desesperado metió el freno de mano lo que hizo patinar el carro, Georg se detuvo de la puerta y Gustav del asiento, el carro terminó estampado en un poste. Georg se torció el brazo, Gustav salió ileso y Bill se golpeó la frente con el parabrisas.
- ¿están bien? – preguntó Gustav bajando del auto.
- Mi brazo, me duele – dijo Georg saliendo del auto. – Bill ¿estás bien?
- Estoy mareado – dijo Bill, levantó la cabeza, traía una herida en la frente en donde le salía sangre.
- Estás herido – dijo Gustav preocupado - ¿Dónde esta el hospital?
- A dos cuadras – dijo Bill con los ojos cerrados. Gustav le ayudó a salir y le tomó en brazos. - ¿tienes celular?
- En mi bolsillo – dijo Bill – el uno es el de Tom, llámale y dile del accidente, vamos al hospital.
- Bien, haz la llamada Georg.
Sus clases estaban terminando, salió contento, quería llegar a casa y ver a sus amigos, a Bill. Su celular sonó, era Bill, así que contestó-
- Ya voy para allá – dijo.
- Tom, soy Georg , chocamos en el auto.
- ¡¿Cómo que chocaron?! ¡¿están bien?!
- Vamos al hospital, que supongo es el único de por aquí.
- ¿Bill? – preguntó con un hilo de voz.
- Bueno él…
- Me duele – escuchó Tom a Bill cerca del celular.
- Voy para allá.
Tom salió corriendo de la escuela, daba gracias por que el hospital estuviera cerca, en realidad todo estaba cerca de todo.
No le importó dejar la guitarra en la escuela, la recogería después, lo importante era que traía todo lo que necesitaba, que Bill estuviera bien, si hubiera pasado algo mas él lo sabría, Georg se lo hubiera dicho, estaba seguro, aún así su corazón estaba latiendo a mil por hora, sentía sus manos sudar y sus ojos húmedos, quería llegar en cuanto antes, maldijo en voz alta.
Llegó al hospital , estaba la misma enfermera de siempre, su respiración estaba agitada, pero no le importó.
- Dunja… Bill…
- En la cama tres Tom – le dijo la enfermera- está bien Tom.
- Gracias – dijo un poco mas aliviado. Camino hasta llegar a la cama tres, descorrió la cortina y ahí estaba Bill, con un vendaje en la cabeza y un poco pálido.
- - ¿Tommy? – dijo Bill. Tom cruzo el espacio entre ellos, en dos pasos y le abrazo con fuerza, le besó las mejillas, la barbilla, las manos y finalmente sus labios.
- Dios, no me asustes así – dijo Tom – me vine corriendo.
- Lamento todo esto Tom, parece que hoy no va haber show, el doctor me dijo que tenía que tomar descanso.
- Lo que sea Bill, no importa, estás bien, eso es lo único importante.
- Creo que necesitamos cambiar el carro – dijo Bill sonriendo débil.
- Lo que quieras – dijo Tom sonriendo dulcemente – y…bueno se que no es el lugar indicado pero dado el caso que hoy no vamos a tocar, ni nada, pues creo que es mejor que te lo pregunte ahora.
- ¿Qué? – preguntó Bill curioso. Tom estaba sonrojado, nervioso.
- Pensaba preguntarte durante el show, pero la verdad es que creo que es ahora o nunca, y sabes estamos en un lugar donde es legal…
- ¿legal? ¿Qué quieres decir Tom? ¿estás planeando secuestrar a alguien? – preguntó Bill sonriendo – tengo experiencia en otros asuntos, lo sabes pero…
- ¡no por Dios Bill solo quería pedirte matrimonio! – dijo Tom de repente. Bill enmudeció, Tom se puso mas rojo si es que era posible y se rascó la cabeza pensando en algo que decir, finalmente dejó salir el aire que estaba reteniendo – si voy a secuestrar a alguien sería a ti y nada más… y no sería como un secuestro si no como ….
- ¿estas seguro? – preguntó Bill anonadado – es decir, …creí que estabas bien, que te gustaba como estábamos, prácticamente ya somos…
- Lo se, pero lo quiero oficial – dijo Tom – quiero que tengas mi anillo en tu mano, que todo el mundo lo sepa, darte una fiesta y bueno ya sabes esas cosas….
- Por Dios Tom…. – dijo Bill impresionado. – esto es….
- Se que es repentino, que bueno no lo venías venir pero estuve pensándolo por mucho Bill, hemos pasado por tanto, sería ridículo pensar que hay alguien más para nosotros y realmente quiero estar contigo…
- Bueno…- dijo Bill rodeando el cuello de Tom – supongo que tendré que planear todo para cuando me quiten este vendaje no? Por que Tom, no voy a lucir así el día de mi boda
Tom tardó en asimilarlo pero cuando lo hizo abrazó a Bill y le susurró un gracias en el oído a Bill, era realmente un momento perfecto. En ese instante las cortinas de los lados se abrieron, de un lado estaban sus amigos y del otro una enfermera amiga de ambos.
- Felicidades chicos – les dijo la enfermera.
- ¡TOM HAS DADO EL PASO!- DIJO Georg impresionado - ¡felicidades amigo, a ambos!
- En hora buena – dijo Gustav sonriendo – de verdad.
- ¡hay tanto que hacer!- dijo Georg sonriendo – por supuesto Gustav y yo seremos sus padrinos, ¡debemos serlo! Es decir ¿quien más vio todo desde el principio? Obviamente tengo que planear la mejor despedida de soltero que alguien haya visto…
- Georg….
- Vamos Bill! Los dos son chicos, será genial, ya lo estoy viendo….
- Déjame pensar, un club nudista, muchas chicas desnudas y alcohol ¿no?
- ¡¿Cómo me conoces tan bien Bill?!
- Por Dios incluso la enfermera pudo adivinar eso – dijo Tom sonriendo.
- Será una fiesta genial, Gustav y yo tenemos mucho que hacer.
- Si bueno uno de los dos tendrá que acompañarme a conseguir mi traje, un smoking blanco será lo ideal…
- Te toca Gus, a mi me toca lo de la despedida – dijo Georg. Gustav vio a Bill y después simplemente asintió. - ¿ves que buen padrino es?
- Oh cállense los dos, Bill esta convaleciente, necesita espacio – dijo Tom – así que cierren esa cortina, necesita dormir.
- Pero…
- Ciérrala Georg.
- Bien, pero tenemos que hablar de la despedida….
- Si…
Tom cerró la cortina y abrazó Bill, no se arrepentía de nada de lo que había pasado, gracias a eso tenía al amor de su vida en brazos, seguro y bien protegido, pasaría con gusto todo de nuevo si eso le aseguraba tener a Bill por siempre.

1 comentarios:
MUY LINDO EL KAPI q bn q ambos ya estan a salvo me encataria ver esa boda :D
FELICIDADES!!!!!!!!
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