(COMENTARIOS PARA LA ESCRITORA, GRAX)
Capitulo 6
By Tom
¡OOHH por Buda esta noche había sido increíble, sin duda había echado el mejor polvo de mi vida, y es que no se podía evitar, cada centímetro de la piel de Bill, cada parte de su cuerpo era tremendamente apetecible, deseable y delicioso, me ponía completamente cachondo apenas con rozarlo, todo lo que habíamos hecho había sido tan pornográfico, casi sin querer nos habíamos montado el mini kamasutra de bolsillo.
Lo besé, lamí, mordí y sobre todo follé salvajemente como si no existiese el mañana. Aunque debo admitir que al principio me precipité, si, lo reconozco. Y es que las ganas que le tenía hicieron que ni siquiera lo preparara y eso sumado a que a veces soy un bruto de cojones y peor cuando voy bebido hicieron que por supuesto luego lo escuchara sollozar. Sentía su cuerpo temblando y su respiración agitada, él estaba demasiado nervioso y creo que hasta asustado, no sé por qué, es decir tampoco es que fuera su primera vez, él mismo lo había dicho y siempre he pensado que el sexo entre hombres mientras más guarro, caliente, duro y pornográfico mejor, sexo sin ese teatro de caricias al que yo no le veo ningún sentido porque al fin y al cabo todo lo que uno quiere es follar, entonces para qué retrasar eso con la mierda esa del “juego pre-coital”... Coito... Me pregunto si alguien realmente utiliza esa palabra en estos tiempo, dios es que la siento tan antigua, algo cómo lo que me diría mi abuela; Tom no practiques el coito antes de casarte... bueno que más da... El caso es que me salté eso de los preámbulos y pasé directamente a la acción, hasta que escuché los sollozos de Bill y no me gusto, no importaba que tan fuera de mi mismo estuviera, aunque me sentía perdido entre las estrechas paredes de su interior, y mi mente había salido flotando dentro de una burbuja de excitación, aun así fue sólo cuestión de escuchar sus débiles quejidos de dolor para lograr que me detuviera, me sentí tan animal, así me moví más lentamente tratando de tranquilizarlo hasta que se sintiera a gusto y cuando lo hizo, cuando empezó a poner de su parte, moviéndose, gimiendo, correspondiéndome, me sentí absolutamente conectado a él, yo no nunca había creído en el amor y sigo sin creer en ello, pero si creo en la compatibilidad de los cuerpos y el cuerpo de Bill encajaba perfectamente con el mio, sus piernas se ajustaban a mi cintura, su interior a mi miembro, y su boca a mi lengua, su cuerpo era el cielo, y Bill sería mi paraíso personal por mucho tiempo.
Había pasado casi una hora desde que Bill entró a ducharse y aún no salía del baño“¡Pero qué demonios! ¿No me había preguntado si quería algo de desayunar? Me estoy muriendo de hambre ¡joder¡”-
Me levanté de la cama y me puse los primero que encontré. Escuchaba el ruido del agua corriendo, así que me dirigí hacia allí.
- Hey Bill, ¿No crees que ya es hora de salir? - No escuché ninguna respuesta - ¿Bill? - el agua dejó de caer.
- Si... Ya salgo - Su voz sonaba extraña y débil, tal vez por la acústica del baño... Supongo.
- Ok, apresúrate que quiero mear y me muero de hambre Voy a ver que hay para desayunar ¿Vale?
- Vale... - Fue su escueta respuesta
Fui a la cocina, directo a abrir la nevera, estaba casi vacía ¡MIERDA!!! ¡Me cago en la puta!”Olvidé hacer las compras del mes, realmente aborrezco ocuparme de esas cosas, así que lo que hago es pedir un montón de cosas por internet y que me las traigan, y así logro sobrevivir a base de comida congelada, pero ahora no quedaba casi nada, sólo un par de huevos, algo parecido a verduras en descomposición, un taper cuyo contenido no quería averiguar ya que no recordaba cuanto tiempo llevaba allí... Y un pote medio vació de chocolate.
-¡ahh... Chocolate!- Creo que no soy una persona con muchas manías o secretos, pero tenia uno, soy chococólico, completamente adicto a ese dulce manjar de lo dioses, no se a qué se deberá, tal vez sea por eso que dicen de la reacción química que produce en el cerebro, la misma reacción que produce el placer del sexo, conociéndome debe ser por eso...
Tomé el pote con la mano y por un instante recordé los sonoros gemidos de Bill y me vi divagando entre imágenes suyas, imaginándome untando ese mismo chocolate sobre su vientre para luego lamerlo hasta llegar lentamente a su ombligo, mientras lo sentía temblando de ansiedad, con esa mirada de gatito lujurioso “¡Ohh…Dios!” estaba a punto de tener un orgasmo mental cuando mi pelinegro irrumpió en la cocina.
- Emm… – Lucía incomodo y nervioso - Yo tengo que ir a casa - Ya estaba completamente vestido, hasta se había puesto sus botas de plataforma, el cabello mojado le caía un poco sobre el rostro, no me miraba directamente.
- ¿Por qué? ¿No dijiste que ibas a desayunar conmigo? - Algo raro estaba pasando
- Si lo dije, pero ahora tengo que volver a casa - Ladeó un poco la cabeza y un mechón de su cabello se movió dejándome ver parte de sus ojos esta vez no llevaba maquillaje.
- Entonces espera que me vista y te llevo.
- No, no hace falta tomaré el bus.. Adiós - Se volteó súbitamente y prácticamente trató de correr hacia la salida.
En definitiva algo muy raro le estaba pasando ¿A qué coño venía esa actitud? Dejé el pote de chocolate en la mesa y de un par de zancadas llegué hasta él tomándolo de un brazo. Sus brazos son tan delgados y frágiles que creo que sólo apretándolo un poco más terminaría rompiéndolo, todo su cuerpo es así.
- Espera, dime que cojones te pasa
- No me pasa nada, de verdad tengo que irme - Trató de seguir caminando pero yo no lo solté, sino que tiré de él haciendo que se volteara a mirarme, sólo para toparme con algo que no me gustó nada, tenía los ojos rojos, algo hinchados y efectivamente como ya lo había visto antes no tenía ni una mota de maquillaje.
- Oye ¿Estabas llorando? - lo solté del agarre. Sus labios comenzaron a tiritar y sus ojos se aguaron rápidamente.
- Yo no estaba... Llorando - Negó efusivamente con la cabeza, agitando una mano como restándole importancia al asunto. Y yo lo abracé, no se que clase de sensibilidad de mierda me estaba atacando pero quería hacerlo sentir mejor, estaba claro que no decía la verdad y una sensación bastante anormal recorrió mi nuca ¿Remordimientos? Quizás en medio de toda mi lujuriosa emoción, mi actitud de conejo follonero y los movimientos hipnóticos de su cadera, había sido demasiado bruto con él y había terminado lastimándolo realmente. Deslicé mis manos sobre su espalda haciéndole mimos.
- Bill, no me mientas - Él se estremeció completamente, pude sentirlo
- Snif... Lo siento Tomi... Snif - Y rompió a llorar hablándome entre sollozos - No volveré a... Snif... A usar maquillaje... Nunca más… lo prometo - Un latigazo me golpeó , remordimientos, si eso eran - "Pero Bill… te maquillas todos los días con esas sombras oscuras y cosas así... ¿Qué es lo que crees que pareces? ¿Sino es una puta?" - No era cierto yo no pensaba realmente eso de él, sólo fue una broma, una estúpida broma, pero a Bill le había dolido, y entonces me di cuenta de que él no era como las amigas follables con las que acostumbraba salir, a ellas podía llamarlas zorras, putas, calienta pollas y se reían a carcajadas porque después de todo era la verdad, pero Bill apenas era un niño. Supongo que en verdad no es así, ayer dentro de mi cabeza no había un cerebro, sólo aire caliente, estaba tan enfadado que me imagine a Bill como a una perra buscona que se dejaba follar por cualquiera, pero ahora en mis cinco sentidos pienso que tal vez su primera vez habrá sido con algún amigo o novio del que debía estar muy enamorado, él no es ninguna zorra.
Lo abracé con más fuerza.
- ... ¿Estas así por lo que te dije?, eso sólo fue una estúpida broma - Bill continuaba sollozando hundiéndose en mi hombro - No es verdad, yo adoro como te maquillas, si no, no estaría contigo,pienso que te vez completamente sexy así.
- Snif… ¿De verdad? - levantó la mirada secándose las lágrimas - ¿No piensas que me veo como...como eso que me dijiste?
- No, ya te dije que no, así que olvida esa tontería, ¿de acuerdo? - algo en su mirada me hizo sentir que no lo olvidaría tan fácilmente.
-Es que Tom hay cosas de mí que pueden causarte… no sé… snif… Entiendo si de alguna manera te causo repulsión - Y empezó a llorar otra vez, pero que demonios.
-¿Por qué pensaría eso? No me causas repulsión ¿De dónde sacaste eso? Es más, me pones un montón ¿sabes? Me gusta todo de ti...- Su respiración se volvió más leve y menos ahogada..
-¿Lo dices en serio?- Se restregaba las manos en los ojos secándose las últimas lágrimas mientras se sorbía los mocos como un niño chiquito, cielos si parecía un bebé.
-Claro que si, ven aquí - tome asiento en una de las sillas y senté a Bill sobre mis piernas, abrazándolo de la cintura- ¿Estás mejor?
- Aham - asintió suspirando, aunque aún podía percibir mucha tristeza en sus ojos, como si eso no fuera lo único que le pasaba, pero yo ya me había disculpado... O algo así, y no podía hacer nada más.
- Entonces ¿Te quedas a desayunar?- rocé mi nariz contra su mejilla - Tengo chocolate.
Bill sonrió
2 meses de novios
Estaba amaneciendo, me moví un poco pegándome a Bill, quien dormía profundamente aferrándose a las sábanas, habíamos tenido una noche muy "movida" y es que tenía que aprovechar ya que él casi nunca podía quedarse a dormir, sólo lo hacía en contadas ocasiones cuando su padrastro salía de viajes de negocios. No conocía a ese hombre lo único que mi pelinegro me había contado es que era un hombre de negocios y que se la pasaba regalándole viajes a lugares exóticos a su mujer, viajes a los que Bill nunca iba. Al parecer estaba forrado en dinero tal vez casi tanto como mi familia. Sólo en una ocasión había dejado a Bill en las puertas de su casa y pude ver que era casi una mansión, me reí y le pregunté:
-Con todo el dinero que tienes ¿Por qué pareces un niño pobre?- Y recuerdo perfectamente lo que me respondió con un gesto casi de asco en la cara.
- Porque lo soy, todo lo que tengo en esa casa cabría en mi mochila, lo demás es de ese hombre.
Ese hombre, el tal Gordon no me caía nada bien, era demasiado sobre protector con Bill, no lo dejaba salir de fiesta ni llegar tarde a casa ¡Cómo si alguien se lo fuera a comer! Bueno yo sí, pero el caso es que no lo conozco y ya ni siquiera lo soporto, yo quiero tener a mi pelinegro cada vez que se me da la gana. Porque sí, es mi pelinegro, mio, sólo mio.
Llevé mi mano a su rostro haciéndole una pequeña caricia, delineando su perfecta naricita, Bill ni se inmutó estaba demasiado cansado como para despertar, bajé mi mano acariciando sus brazos, por la claridad de la mañana pude notar que estaban llenos de moretones nuevamente. Recuerdo cuando le pregunté como se hacía tantos, sólo me dijo:
- En la clase de gimnasia... Sabes lo torpe que soy.
- Entonces cuídate más, no me gusta verte lleno de marcas - le recriminé.
- Lo intento Tom, no tiene idea de cuanto lo intento - suspiró.
Pero aunque me dijo que lo intentaba siempre venía con más de esos moretones. Me acerqué más y lamí lentamente su mentón subiendo hacia sus labios, su carita de dormido era demasiado tentadora, Bill se desperezó estirando los brazos y mirándome con ojitos achinados.
- Buen día Tomi.
- Buen día precioso.
5 meses de novios
By Bill
Estábamos de nuevo en la sala de Tom, con él sobre mí friccionándose entre mis piernas aun con nuestras ropas puestas. Últimamente siempre era así, iba a recogerme al parque después de clases y me traía a su casa para tener sexo, me decía que no podíamos perder el tiempo porque yo era como una cenicienta y tenía que volver a hora a casa. Y cuando si tenía tiempo no salíamos a comer, ni al cine, ni nada de esas cosas que hacen los novios, siempre era , sexo, sexo, sexo, y sería un mentiroso si dijera que no me gusta, pero es que nunca ni siquiera una vez lo habíamos hecho como yo soñaba, suave, lenta, dulcemente, eso que decían era hacer el amor, o tal vez eso era una fantasía de las telenovelas y la gente real sólo tenían sexo duro como con Tom. Me sentía confundido con esto del noviazgo, nada era como yo quería, ni como yo pensaba que sería, pero aun así el hecho de estar con Tom recompensaba todas mis dudas, tal vez no era el cuento de hadas con el que yo soñaba, pero ya no estaba solo, Tom estaba conmigo.
- Ahh Bill… quítatela - Lo escuché susurrar en mi oído, mientras sus manos llegaban al borde de mi camiseta, y se apretaba más contra mi.
- ¡AHHH TOM!! Ay, ay, au - Me contraje de dolor y me aplasté contra el sofá, una fuerte punzada recorrió mi costado.
- ¡¿QUÉ TE PASA?!! - Dio un salto y se quitó de encima mio con expresión de pánico y sorpresa en la cara.
- Au... Nada… ya estoy bien - No podía contarle. No me pregunte más Tom, no me preguntes
- ¡¿Cómo que nada?!! Si te has puesto a chillar, déjame ver - Estiró la mano tratando de levantar mi camiseta.
- No, no ¡déjame!! Ya estoy bien - Pero Tom no estuvo de acuerdo y no se detuvo, traté de resistirme pero atrapó mis muñecas y me las sostuvo por encima de la cabeza con una mano y con la otra levantó completamente mi pequeña camiseta, descubriéndome, descubriendo mi vergüenza, quería morir ahí mismo, desaparecer, que la tierra me tragara y nadie volviera a saber de mi nunca más. Tom se puso pálido, clavando sus ojos en mi costado, bordeando mis costillas con su mirada. Basta Tom deja de mirar, deja de mirar…
- Bill – La seriedad de su rostro me abrumaba - Dime ¡¿Quien coño te hizo esto?! - Se refería al enorme moretón azul verdoso que ocupaba gran parte de mi lado derecho, soltó mis muñecas y yo rápidamente bajé mi camiseta de nuevo.
- Gimnasia… la clase… de gimnasia – Balbuceé, yo ni siquiera tomaba clases de gimnasia, Gordon había hablado con el director y le dijo que por mi salud no me permitía tomarla, por supuesto que lo que en realidad ese hombre no quería era que alguien viera esos moretones mientras me duchaba luego de esa clase o cuando me pusiera esos pantaloncillos que a veces nos obligaban a usar.
- Mierda Bill… sólo voy a preguntártelo una vez más, y vas a decirme la verdad - Tom ya no me creía y lucía verdaderamente molesto, sus ojos apuñalaban los mios – ¿Quién te hizo eso?.
- Yo... Yo… - No podía decirle la verdad, no podía decirle que la noche anterior traté de resistirme y que Gordon me había dado una patada tan fuerte que logró dejarme sin aire para luego llevarme a rastras hasta mi habitación tirándome del cabello. No podía, no podía, no podía - Yo… en el colegio… me peleé con un chico. - Esa era una escusa tan idiota que no pensé que Tom se la creería pero contra todo pronóstico se hecho a reír.
- Jajajaja Bill, tú de verdad haces tonterías, mírate eres un enclenque, no te metas en problemas ¿vale? Creo que tengo una crema para eso, te la traeré.
Tom se fue de la sala, y yo solté un suspiro de alivio. Había logrado que me creyera, pensé que todo terminaría allí pero para mi sorpresa al día siguiente apareció a la salida del colegio, justo para observar como uno de los chicos mayores cuya diversión era burlarse de mí, me empujaba haciéndome caer al suelo y que todos mis libros salieran volando de mis brazos, Tom sin mediar palabra se acercó al chico y le dio tal golpe, que éste cayó al suelo de culo llevándose las manos a la nariz, creo que se la había roto porque sangraba mucho.
-¡Escúchame pedazo de engendro, si vuelves a tocar a Bill, si vuelves a ponerle un dedo encima o si tan siquiera vuelves a respirar un poco del aire que lo rodea, Voy a darte tal paliza que tendrás que aprender a mear por un tubo! ¡¿Me oyes?!
El chico asintió temeroso desde el suelo con los ojos rojos, sus amigos huyeron despavoridos y yo aunque sentí cierta pena porque Tom lo había golpeado pensando que era él quien me había dejado ese inmenso moretón, aun así me sentí un poquito feliz, Tom me había defendido y librado de un "matón" del colegio y de seguro se correría la voz y me libraría de todos los demás. Tal vez era tiempo de contarle la verdad, tal vez Tom podría ayudarme... Seguro que si.
7 meses de novios
By Tom
- Tomi ya quiero irme - Bill me miraba haciendo un ligero puchero con la boca y tirando de una de las mangas de mi chaqueta - Sabes que no me gusta este lugar.-
- Ya nos vamos en un momento, no seas pesado y déjame tomar un trago más - Estábamos sentados nuevamente en mi rincón favorito de la discoteca, sobre ese mullido sofá, lo había traído varias veces pero a Bill no le gustaba ese lugar, o mejor dicho no le gustaban mis amigos, ellos eran la más pura crema innata de la sociedad, vamos que eran la cumbre de los niños pijos, o al menos es lo que decían, Bill los veía como niños ricos, egocéntrico, narcisistas y drogatas. Y su visión de ellos no estaba nada alejada de la realidad. Aunque sé que lo que realmente le desagradaba es que algunos de ellos me coquetee sin vergüenza alguna y es que la mayoría son antiguos ligues míos, de una noche, vamos cosas sin importancia.
- Pero Tom - Seguía con los pucheros - No bebas mucho, cuando bebes... Te pones de mal humor. -Su cara de angustia por alguna razón me ponía a mil.
- ¡Bah!! Tonterías - Tomé su rostro con ambas manos y lo atraje hacia mí, pegando nuestros labios, fundiendo nuestras lenguas en un beso húmedo, caliente, de esos que te hacen perder el aliento
- hmm Tom - Murmuró contra mi boca y yo me separé un poco
- Bill... Hazme un favor ¿vale? - Asintió sonriente con los ojos brillantes - ¿Me traes otro trago?
- ¡Toooom!! - se quejó mirándome con el ceño fruncido - Vamos Bill se bueno y ve a traerme uno más - Se paró llevando ambas manos a la cintura, siempre hacía eso cuando quería regañarme… Pensé que iba a darme un sermón, pero sólo bufó exasperado y se fue hacia la barra contoneando las caderas de la forma que más me enloquecía. Me desparramé en mi asiento y a lo lejos vi a Gustav, Katherine y otros amigos, así que decidí acercarme a ellos, Bill no se perdería por estar unos minutos solo.
- ¡Hey chicos!! -
- Holaaa Tom – saludó Kath con voz melosa
- Carbonazo, ¿Dónde te habías metido? - Gustav se llevaba nuevamente la cerveza que sostenía a la boca, su mirada echaba chispas como si estuviera muy pero que muy cabreado... ¿Con quien? Conmigo no por supuesto.
- ¿YO? Pero si yo siempre estoy por aquí.-
- Por supuesto que no… ¿Hace cuanto tiempo no sales con nosotros? - ahora la rubia estiro los brazos y se pego a mi como una garrapata succionadora.
- Claro... Como sigues con ese mocoso no tienes tiempo para tus amigos - De qué coño iba Gustav, me había tomado el tiempo para saludarlos y me atacaban - ¿Cuántos meses llevas con él?¿Ya se lo has contado a Georg?¿ Te acuerdas de él no? Nuestro amigo Georg.
- Cierra la puta boca gilipollas, claro que no se lo he contado ¿Y a qué viene todo esto?
- Viene a que te pasas el día con él… abre los ojos Tom, es que no ves que es un niño, un jodido mocoso.
- Y eso que tiene que ver, él es muy bueno en todo lo que hace... No tienes idea de cuanto - Me sentía algo orgulloso, Bill era una pequeña cosita sexy y yo lo tenía sólo para mí, Gustav lo que estaba era celoso de mi suerte.
- Jajajajaja - Estallaron en carcajadas y yo los mire atónito, ¿De qué mierda se reían?
- ¡Y ahora que coño les pasa! - gruñí mal humorado
- Pasa que eres un idiota Tom - Escupió kath prendiéndose más si era posible a mi cintura - Ese niño te tiene dominado, estas todo el puto día pensando de sus caprichos ¿No es así? ¿Qué pasó con el Tom ganador de antes?¿El que tenía tiempo para estar con todos?
- Pero mírate, si yo casi puedo ver el collar que llevas en el cuello, te saca a pasear todos los días ¿no? Jajajaja - Maldito Gustav será imbécil. No estaba dispuesto a soportarlos más.
- Saben qué, me piro, que les den por culo - Quité las manos de Kath de mi cintura, me voltee y seguí escuchando sus carcajadas a medida que me alejaba.
Llegué nuevamente hasta mi asiento, Bill aun no había vuelto y yo estaba con la sangre hirviendo de la rabia. Malditos mal nacidos ¿Quien demonios se creían para hablarme así? Yo seguía siendo Tom Kaulitz el ganador, el que podía llevarse a la cama a quien quisiera y cuando quisiera Sentí una especie de Tic en uno de mis ojos, estaba verdaderamente iracundo, una chica pelirroja hizo el amago de sentarse a mi lado, pero me miro y salio huyendo, tal vez vio el aura negra y maligna que se extendía a mi alrededor, Yo no podía dejar de pensar en los comentarios de esa pandilla de inútiles, pero lo peor de todo es que tal vez tenían razón ya había pasado demasiado tiempo pendiente de Bill, "Meses" ¡MIERDA!! Ahora me daba cuenta los hijos de puta tenían razón. Llevaba meses sin follar con nadie más que no fuera él. Y aunque era bueno estar con Bill, aunque era bueno Follar a Bill, él no podía ser suficiente para mí, era un mocoso, yo no podía enamorarme de él y dejar de ser quien soy, dejar de ser como soy... No, no permitiría que eso pasara.
- Y ¿A dónde cojones fue a buscar mi trago? - Miré hacia la barra y él aun estaba esperando que lo atendieran, él tic de mi ojo se hacia más fuerte, necesitaba tranquilizarme, distraerme. Observé la mesa en donde estaban nuestras copas vacías y el móvil de Bill… Lo tomé sin pensarlo, de fondo de pantalla tenía una foto mía, me puse a revisarlo como si el móvil fuese mio, la memoria estaba casi llena de fotos de Niki y fotos mías en donde no miraba a la cámara, ni siquiera sabía cuando las había tomado, pulse uno de los botones y apareció su lista de contactos Adeline, era lo primero que decía, eso me irritó aun más, y si era alguna compañera de clase, alguna intima amiga, alguna a la que se sobaba en los recreos, chasquee la lengua... Pero su nombre me resultaba familiar, Adeline... Adeline... Ah la señora Hoffman la vi un par de veces, menos mal. El siguiente: Casa, el siguiente:Mamá., el siguiente: Tomi <3, con un símbolo de corazón incluido, el siguiente:Vladimir, y no había más, sólo 5 números... Y ¿Quién mierda era el tal Vladimir? El tic en mi ojo empeoro, algo quemaba mis entrañas, la mezcla de alcohol, el mal rato con mis “seudo-amigos” y ahora celos, el hígado iba a reventarme en cualquier momento. Revisé velozmente los mensajes de texto sólo estaban los míos, revisé las llamadas, además de las mías, había varias hechas al tal Vladimir. Mierda, mierda, mierda, apreté los puños con fuerza.
Bill volvía con dos tragos en las manos y una gran sonrisa en la cara, cuando estaba parado como a un metro y medio, me levante del sofá y no me medí, ya estaba completamente fuera de mi, estaba tan molesto que si no me descargaba me daría una embolia. Tenía que sacar eso fuera, y Bill estaba justo allí frente a mí, así que mi boca simplemente se abrió.
- Bill ¡¿Quien COÑO es Vladimir?!- le enseñé el móvil con la mano y él me miró confundido
- ¿Qué? - me preguntó, al parecer no entendió lo que dije
- TE DIGO QUE ¿QUÍEN COÑO ES VLADIMIR? - le grité rojo de rabia, le grite tan fuerte que algunas personas voltearon a mirarnos y no se cómo pero mi mano se levanto hacia arriba y termine arrojandole el móvil, y cuando vi el objeto salir disparado de mi mano, pensé que Bill lo esquivaría , deseé que lo hiciera, realmente lo deseé, pero él estaba paralizado y le di en un hombro.
- ¡Ay... Au! - Se quejó dejando caer las bebidas, retrocedió un par de pasos, las lágrimas empezaron a caer por su rostro, se veía tan asustado - Es... Es mi tutor del colegio… snif sabes que no me va bien - Sobaba su hombro, la música perforaba mis oídos pero aun así entendí perfectamente lo que me decía, pero mi boca volvió a abrirse y las palabras hirientes siguieron fluyendo.
- ¿Y piensas que voy a creerte? ¡Debe ser alguno de tus amigos de esos a los que les chupas la polla! - Bill abrió de par en par los ojos, en el fondo estaba muy consciente de que sólo estaba descargando mis frustraciones en él, sólo porque yo estaba molesto, y sólo porque él estaba allí, y aunque suene enfermizo me resultaba muy fácil liberarme del estrés dirigiéndolo hacia otras personas. Sentí que el aire entre nosotros se volvía denso y asfixiante, hasta que fue cortada por su voz.
- ¡CALLATE!! YO NO HAGO ESO... ¿POR QUE ME HABLAS ASÍ? - gritó con todas sus fuerzas, apretando tanto sus puños que tenia los nudillos blancos, nunca lo había visto así de molesto. Miré a mi alrededor todos los de la zona nos miraban, Kath y Gustav se reían de mí en un rincón. La fiesta había acabado para nosotros dos. Me pase una mano por la nuca, la tensión que sentía allí era horrible.
- Recoge tus cosas, te llevo a casa – mi voz sonó teñida de indiferencia, Bill palideció totalmente, su rostro seguía descompuesto, y su maquillaje se estaba estropeando, manchando su cara, yo me giré y salí de ese lugar como una bala, no miré a nadie.
Caminé a prisa hasta llegar al aparcamiento, sólo allí volteé la mirada para constatar si Bill me seguía, y ahí estaba, a un par de metros de mí. Abrí la puerta para entrar y cuando iba a subir Bill me abrazó por la espalda pegándose a mí como un koala.
- Lo siento Tom, no quise gritarte, lo siento, lo siento, perdóname - Aunque lo tenía pegado a mi espalda sabía que seguía llorando, debía ser un gran esfuerzo para él tratar de no sollozar.
- Sube al auto Bill - Estaba tan molesto por todo lo ocurrido, en el fondo también estaba molesto por haberlo tratado así, pero mi orgullo no me permitía reconocerlo y mucho menos me permitía pedirle disculpas.
- No, no primero perdóname, dilo Tom, di que me perdonas, dilo por favor - Se aferraba a mi con más fuerza - Por favor, por favor, sólo dilo. - Deseaba que dejara de pedirme perdón.
- Bill sube
- N… noo - Ahogó un sollozo en lo profundo de su garganta - Lo siento de verdad Tomi no te enfades conmigo, lo siento... Lo sien…to… snif... Snif - Y no pudo contenerse más.
- De acuerdo no pasa nada, sube - Bill respiró profundo un par de veces más antes de separarse de mi espalda y caminar al otro lado del auto para subir. Él siempre hacía eso no importaba lo que le dijera, al final siempre me rogaba que lo perdone, me decía que no volvería a portarse mal, ¿Cómo si alguna vez realmente se portara así? El único que se portaba mal con él era yo. Ya Basta me estaba involucrando demasiado con él y las cosas empezaban a salirse de mi control, yo ni siquiera tenía pensado quedarme mucho tiempo en esta cuidad, pero allí seguía, comportándome como un idiota y lo peor es que me importaba, y no debería ser así, a mí debería darme igual toda esta mierda de sentimientos.
Así que en ese momento lo decidí, Ya era hora de marcharme "Esto" lo que sea que fuera que pasaba entre Bill y yo, no podía ir más lejos, estaba involucrándome demasiado,yo sólo quería divertirme y sabía que Bill quería compromisos, promesas de amor y todo eso no iba conmigo, pero aun así estaba empezando a sentir cosas más fuertes de las que quería sentir por él.
Si, definitivamente era tiempo de marcharme.
1 comentarios:
o.o pero porque???????????'
T_T
pobre de Billy
pero quiero leer desde donde Bill esta en el hospital y Tom lo va ha ver y hay quedo Y_Y
quiero saber que le dice Bill o Tom
hahahahahahhhhhhhhaaaaaaaaaaaaaa.....
nose es una confucion quiero saber :S
estan re-buenos estos capitulos
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